sábado, 24 de octubre de 2015

Procesos sintagmáticos y desarrollo de la creatividad




Presentado en:
Fundación Universitaria del Área Andina Facultad de Educación
Segundo Congreso Internacional de Creatividad y Pedagogía
Por una pedagogía para la vida y la creación
Agosto 14 al 17 de 2009. Hotel Almirante, Cartagena, Colombia


Si bien desde las diversas teorías relacionadas con la creatividad, se han generado múltiples definiciones, algunos autores como Penagos (2000) han destacado fundamentalmente su carácter integrador. Es desde esta búsqueda de integración que se desarrollan los planteamientos de este trabajo, y particularmente desde lo que se ha denominado la comprensión holística del conocimiento (Barrera Morales, 2006).

Dado que la creatividad es un proceso complejo, existen múltiples caminos para llegar a ella. Uno de los caminos para ser creativo consiste en la capacidad de integrar visiones, percepciones, comprensiones, experiencias y puntos de vista, para generar algo nuevo. Los procesos de pensamiento que se orientan hacia tal integración se agrupan bajo el nombre de pensamiento sintagmático. En este sentido, el pensamiento sintagmático constituye sólo uno de los caminos de la creatividad. Ahora bien, para comprender el pensamiento sintagmático, es necesario comenzar por aclarar qué se entiende por sintagma.
La noción de sintagma
Un sintagma es básicamente una comprensión integradora de la realidad. Etimológicamente la palabra sintagma proviene del latín synáiresis, que significa contracción, juntar, coincidir, y del griego tagma, estructura, formación, manera, orden. Es decir, un sintagma es la conjunción, la coincidencia, la integración de diversos órdenes, estructuras o formaciones. En este caso, el sintagma puede definirse como una integración de paradigmas.

El paradigma es una perspectiva o postura, que puede estar referida a aspectos filosóficos, teóricos, epistémicos o disciplinares, es decir, un científico puede asumir una perspectiva teórica, pero también una perspectiva epistémica o una perspectiva disciplinaria. Las diferentes teorías dentro de una misma disciplina conceptualizan y explican los eventos desde distintas perspectivas. Pero también, cada grupo de profesionales interpreta y aborda las situaciones desde la perspectiva que le aporta su propia disciplina. De alguna manera el pensamiento paradigmático está basado en lo que De Bono (2000) ha llamado “pensamiento vertical”. El pensamiento vertical se centra en una cierta perspectiva y profundiza los contenidos relativos a ella, siempre en la misma dirección.

Los paradigmas facilitan la organización de la información en un marco de referencia, pero al estar centrados en una perspectiva son excluyentes, pues excluyen lo que no entra dentro de su lógica. Los paradigmas, y en especial aquellos que han permanecido durante mucho tiempo, mantienen la mente encarrilada (Bohm y Peat,1998).  Walsh y Vaughan (1982) denominan a esto “fijación paradigmática” y la describen como un estado en el cual el paradigma llega a ser algo implícito, no reconocido que hace que el investigador sea incapaz de admitir ninguna otra teoría diferente a la suya porque le parece obvio que sólo de esa manera pueden ser las cosas.

Los paradigmas no son exclusivos de los científicos, todas las personas tienen concepciones y modos de pensar acerca de las cosas. En la medida que estas concepciones se hacen más rígidas, hay menos lugar para la creatividad. El asunto es que el cambio paradigma se queda corto para explicar los procesos asociados a la innovación y a la creatividad, pues, en última instancia esto no es más seguir pensando de manera vertical, pero desde de otra perspectiva. Se requiere pues acudir a una noción mucho más compleja, y es aquí donde entra precisamente el sintagma.

Dicho de otra manera, si un paradigma es una forma de ver las cosas, y las cosas pueden ser observadas desde distintos puntos de vista y de diversos modos, dependiendo del lugar escogido por el observador y del observador mismo, entonces un paradigma no necesariamente descalifica a otro. El sintagma constituye entonces una comprensión más amplia en la cual puede percibirse el evento como totalidad, en lugar de percibirlo desde una única perspectiva rígida e incompleta.

Mires (1996) también aporta un concepto similar al de sintagma y lo describe como un principio de convergencia, según el cual, de la confrontación de distintas posiciones, a partir de distintos modos de observar, desde distintos puntos de vista, existe la posibilidad de acuerdos convergentes. Es decir, puede haber dos o más teorías correctas acerca de una misma situación, así como para llegar a un mismo punto puede haber varios caminos diferentes. También es posible que dos teorías se complementen sin excluirse.

Incluso, Bohm y Peat (1998) sugieren que para propiciar la creatividad se necesita que cada persona sea capaz de mantener varios puntos de vista, a manera de suspensión activa, y al mismo tiempo tratar las ideas de los demás con el mismo cuidado y atención que presta a las propias ideas; según estos autores, en este punto la mente es capaz de generar un juego libre sin verse limitada por ataduras rígidas a puntos de vista concretos; de este diálogo entre paradigmas en libre movimiento surgen ideas creativas. A este proceso Bohm y Peat le llaman "metáfora creativa", y se corresponde con la noción de sintagma de comprensión holística.
Pensamiento sintagmático  y creatividad
El pensamiento sintagmático es la disposición cognitiva de apertura que le permite a la persona reconocer e integrar diferentes concepciones, diferentes posturas o perspectivas (ya sean teóricas, epistémicas, disciplinares, metodológicas…) para lograr una comprensión original, novedosa y compleja de una situación, concepto o evento.

La creatividad, en el caso de cada persona en particular, también pudiera seguir procesos sintagmáticos. Aún cuando en las teorías acerca de la creatividad no se ha hecho explícito el concepto de sintagma, la noción del pensamiento integrador como parte de la creación ha estado implícita en los planteamientos de diversos autores.

El pensamiento sintagmático abarca varios procesos con diferentes grados de complejidad; éstos son: el nivel perceptual, el hermenéutico, el paradigmático y el sintagmático. A continuación se describen.


Primer momento: Nivel perceptual 

La creatividad necesita de un insumo que sirva como punto de partida, pero este insumo no puede ser la manera habitual de ver, o lo que la persona ya conoce sin haber explorado otras opciones. Se requiere conocer lo que existe para no reinventar “el agua tibia”. Por eso la creatividad tiene un componente personal de originalidad, pero también un componente social y colectivo: original no sólo para el que crea, sino para otros.

En consecuencia el nivel perceptual del pensamiento sintagmático consiste en hacer un acercamiento a diversos puntos de vista relacionados con la situación, el concepto o la temática. Se le llama perceptual, porque los procesos fundamentales en los cuales se soporta tienen que ver con la atención, la percepción, la descripción… A este nivel también se le llama “monográfico”, por su condición eminentemente descriptiva, pues en este nivel todavía no hay ningún aporte original, pero la persona asume el riesgo de poner entre paréntesis la propia perspectiva para explorar otras opciones.

La creatividad trasciende lo paradigmático.  Para ser creativo se requiere diversidad de puntos de vista. En otras palabras, la creatividad exige autonomía de pensamiento, cambiar de perspectiva, despegarse de lo habitual y lo conocido. Este despegarse comienza en la primera etapa del proceso sintagmático. Este primer paso es superar la rigidez paradigmática y reconocer la existencia de diversos puntos de vista. Pero no basta con reconocerlos, es preciso tomarlos con seriedad y profundizar en ellos, detallarlos y captar sus aportes. A esta condición en la cual la persona se despega de los caminos habituales para buscar otras maneras de ver es a lo que De Bono (2000) llama pensamiento lateral. El término pensamiento lateral (lateral thinking) fue propuesto por De Bono (op.cit.) para representar todos esos caminos alternativos que las personas no están acostumbradas a usar. Según De Bono, la mayoría de la gente tiende a ver sólo una forma de resolver el problema cuando puede haber varios caminos para resolverlo, los cuales muchas veces no son perceptibles en un primer momento. El pensamiento lateral tiene como fin la creación de nuevas ideas y la liberación del efecto restrictivo de las ideas antiguas, por lo tanto contribuye a que la persona se ubique en perspectivas diferentes a las habituales.

El nivel perceptual también está íntimamente relacionado con dos de las cualidades que Guilford (1968) y Torrance (1962 c.p. Trillo, 2000) han atribuido a la creatividad: la fluidez y la flexibilidad. La fluidez es la cantidad de ideas que una persona expresa a través de respuestas interpretables y significativas, frente a una situación. Se manifiesta como la habilidad para producir un número considerable de respuestas verbales o gráficas. La flexibilidad es la capacidad para cambiar pautas de pensamiento, abrirse hacia otras posibilidades, darle otras aplicaciones a las ideas, y evitar caminos y procedimientos habituales (Trillo Pérez, 2000). La flexibilidad es la capacidad de acomodarse a condiciones diferentes, y para utilizar varios enfoques en una misma actividad y experiencia o adaptarse a realidades diferentes. En este sentido, en la historia de la ciencia muchos inventores y científicos debieron deponer las ideas dominantes de la época y buscar nuevas formas de ver los problemas.

Para el caso de la resolución de problemas, González, Estrada y Martínez (2007) consideran que la flexibilidad se expresa en el análisis de los diferentes modelos de datos, algoritmos o códigos utilizados para representar el problema y determinar su solución, así como su codificación.

Segundo momento: Nivel hermenéutico

A este nivel se le ha dado el nombre de “hermenéutico”, porque está asociado con la interpretación. Abarca el análisis del problema, de la situación o de la temática sobre la cual se trabaja, según sea el caso. La persona analiza las situaciones y las perspectivas exploradas en la etapa anterior. Valora su amplitud, su alcance y la capacidad explicativa de las diversas teorías y conceptos asociados con cada perspectiva. Además asume una visión crítica, se centra en los significados y comprende los aportes de cada enfoque de la situación. Los procesos cognitivos asociados al nivel hermenéutico son el análisis, la crítica, la interpretación y la valoración. Este nivel le permite a la persona detectar aportes y restricciones de cada punto de vista, y en cierta manera reconocer que cada paradigma, de manera aislada, es insuficiente para responder a la complejidad de las situaciones.

Tercer momento: Nivel paradigmático

En el nivel paradigmático es muy importante identificar las diferencias entre los paradigmas y caracterizarlas con detalle. Cada planteamiento diferente comienza a aportar información acerca del evento. La identificación de diferencias permite identificar lo que algunos paradigmas tienen que no tienen otros. Sin embargo, si la persona se queda en las meras diferencias puede llegar a la conclusión de que los paradigmas son incompatibles o irreconciliables y que al aceptar uno de ellos debe necesariamente rechazar los demás. Puede entonces regresar a una postura inflexible y pierde la posibilidad de ser creativo.

La comprensión holística enfatiza que, según el principio de complementariedad, estas divergencias son expresión de los aspectos que un paradigma percibe desde su perspectiva, pero que el otro no puede captar porque corresponden a otra perspectiva.  En este tercer nivel los paradigmas se definen con mayor precisión con base en sus semejanzas y diferencias, para que puedan entonces relacionarse de manera dinámica en el siguiente nivel. Para avanzar hacia un sintagma creativo, es necesario establecer relaciones de complementariedad entre las diferencias. A estas relaciones de complementariedad, que establecen en el siguiente nivel, se les llama relaciones paradigmáticas (vinculaciones entre los paradigmas, que permiten que éstos se perciban como aspectos de una realidad única y compleja).

Cuarto momento: Nivel sintagmático

En el nivel sintagmático se establecen relaciones entre las diferentes perspectivas a integrar. Si esta etapa no ocurre, la persona se puede quedar en el eclecticismo: conoce variedad de puntos de vista, sus ventajas y desventajas, y toma en cada situación diferente lo que le sirve, pero no se preocupa de la coherencia entre ellos, ni de crear una comprensión integradora que los contenga; o en caso contrario, regresa a la visión limitada de alguno de los paradigmas.

El nivel sintagmático implica un salto hacia una comprensión nunca antes planteada, en la que se crea algo que contiene a los paradigmas involucrados, pero éstos e encuentran vinculados en un conjunto de relaciones novedosas que hacen que emerja una noción más compleja, y diferente a la mera suma de elementos: el sintagma.

La creación de un sintagma requiere de la combinación de varias acciones:

-    Identificar el núcleo sintagmático de encuentro entre todos los paradigmas.

-    Establecer relaciones paradigmáticas para descubrir la complementariedad entre ellos. 

-   Crear el sintagma como una comprensión diferente e integradora a partir de las dos acciones anteriores.

a. La identificación del núcleo sintagmático:

Para crear un sintagma como integración de varios paradigmas, un paso necesario es identificar los puntos de encuentro entre ellos. Esos puntos de encuentro representan los aspectos del evento que todos los paradigmas perciben de la misma manera. Esto se logra comparando los paradigmas. En otras palabras, las comparaciones que se hacen en el nivel paradigmático permiten identificar los aspectos comunes de los diversos paradigmas que intentan dar cuenta de un mismo evento. Esos aspectos comunes constituyen el núcleo sintagmático y pasan a ser el centro del proceso de construcción del sintagma, pero no constituye la totalidad de éste. 

Un concepto que en cierta manera recoge lo que se requiere para crear el núcleo sintagmático, es el de pensamiento divergente. Según Cerda (2000) la producción divergente permite lograr asociaciones remotas cuando se relacionan dos conceptos o ideas aparentemente no relacionados. Además involucra las implicaciones semánticas y simbólicas.
b. El establecimiento de relaciones paradigmáticas

Un paso crucial para la construcción del sintagma es el reconocimiento de la complementariedad de los ejes paradigmáticos. Si bien la identificación del núcleo sintagmático se basa en relaciones de similitud, las relaciones paradigmáticas implican establecer relaciones de complementariedad. A través de las relaciones paradigmáticas se establecen vínculos entre los aspectos del evento en los cuales los paradigmas no concuerdan o, incluso, parecen contradecirse. Estos aspectos se manifiestan al ubicar las diferencias entre los paradigmas, durante el proceso de comparación, en el nivel paradigmático.  Cada diferencia se ubica en un concepto o categoría. Algunas diferencias representan opuestos de un continuo en una misma categoría (por ejemplo participativo-no participativo, interno-externo) y otras son aspectos distintos pero no excluyentes (por ejemplo lo intelectual, lo afectivo, lo biofisiológico).

c. La creación del sintagma como una comprensión integradora

Una vez que se ha percibido la complementariedad es posible crear el nuevo concepto o la nueva teoría que constituye el sintagma. La primera aproximación se expresa de manera esquemática; este esquema por lo general contempla aspectos adicionales a los enunciados por los paradigmas de los cuales surgió. 

Cuando se crea el sintagma, no todos los aspectos de los paradigmas son incluidos en él tal como aparecen originalmente. Por lo general hay que redefinir y reinterpretar algunos de ellos. Esto implica desarrollar de manera explícita los conceptos y las ideas que conforman el sintagma y a veces requiere el desarrollo de terminología nueva. En este paso el investigador desarrolla los conceptos implicados y deriva las consecuencias del sintagma frente al resto de los conocimientos.
El establecimiento de las relaciones entre los paradigmas implica mucho más que el pensamiento lógico. Algunas de estas relaciones se establecen mediante procesos intuitivos en niveles de conciencia más profundos, y muchas veces en períodos de descanso en los cuales la persona deja de pensar de manera focalizada en la problemática que desea resolver. Al respecto Ponomariev (c.p. González Suárez, 2002) explica que en el momento de descanso, a nivel del subconsciente se van produciendo asociaciones libres, basadas en la experiencia de la persona. Estas asociaciones se agrupan y conforman una solución del problema. En este momento, la solución comienza a ser percibida como una sensación de bienestar, antes que como una respuesta cognitiva organizada. Según describe Pomariev, cuando este proceso ya está culminando, la solución del problema emerge de tal manera que la persona pudiera sentir que se la han dictado.  

Según González, Estrada y Martínez (2007), el proceso creador implica el traslado independiente de los conocimientos a una nueva situación. Mientras más alejado sea el vínculo entre la situación de partida y el conocimiento acumulado por la persona, más carácter creador tendrá el empleo de ese conocimiento. De las cualidades que Guilford (1968) y Torrance (1962 c.p. Trillo, 2000) han atribuido a la creatividad, las que se podrían relacionar con el nivel sintagmático son la elaboración y la originalidad. La elaboración consiste en ampliar y embellecer proyectos con ideas nuevas y detalles. La originalidad se basa en la rareza de la respuesta; representa la habilidad para producir respuestas poco comunes o únicas. 

Una didáctica de los sintagmas para ayudar a pensar creativamente 

Las técnicas y la didáctica deben fortalecer integralmente la creatividad. Al pretender desarrollar la creatividad es necesario considerar que ésta, no es un elemento aislado, sino que los hábitos, las creencias, las destrezas y el entorno social, entre muchas cosas, intervienen en ella. Cada tarea dirigida hacia el desarrollo de la creatividad debe ser estar dirigida a propiciar puntualmente a un hábito, alguna habilidad, alguna forma de hacer las cosas, alguna forma de concluir las cosas (Penagos, 2000).

En el ámbito educativo, todo docente, independientemente de la temática y del nivel de estudio, está en posibilidad de propiciar los procesos cognitivos asociados al pensamiento sintagmático, como una forma de potenciar la creatividad. Algunas sugerencias para propiciar la generación de ideas nuevas a partir de los procesos sintagmáticos son las siguientes:

-   Fomentar la curiosidad y la formulación de preguntas. 
-   Presentar siempre diversidad de conceptos y perspectivas.
-   Propiciar el cambio de perspectiva frente a los contenidos y a las situaciones.
-   Animar el análisis de los conceptos y la expresión abierta de opiniones.
-   Ejercitar procesos cognitivos asociados con identificación de diferencias y semejanzas
-   Promover el uso de analogías: similitud entre aspectos aparentemente muy distintos.
-   Tratar la complejidad con naturalidad y sin crear falsos temores.
-   Potenciar la imaginación.
-  Trascender el espacio tiempo: el pensamiento sintagmático no se reduce al espacio de clase. 

La creatividad y el pensamiento creativo, requieren trabajo permanente y un cierto estado mental caracterizado por una actitud de apertura y entusiasmo (Trillo Pérez, 2000). Para concluir, es necesario destacar la importancia de la creatividad en todos los ámbitos de la vida humana. En este sentido, Bohm y Peat (1998) afirman que en todos los aspectos de la vida debería haber una creatividad omnipresente, y para lograrlo es preciso cuestionar seriamente la idea de que la creatividad sólo se necesita de vez en cuando, y únicamente en áreas determinadas como el arte o la ciencia. Por ello nunca están demás las herramientas y los aportes que contribuyen a que la educación sea cada día más creativa, integradora y transdisciplinaria.
Referencias bibliográficas

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