Presentado en:
Fundación Universitaria del Área Andina Facultad de Educación
Segundo Congreso Internacional de Creatividad y Pedagogía
Por
una pedagogía para la vida y la creación
Agosto
14 al 17 de 2009. Hotel Almirante, Cartagena, Colombia
Si bien desde las diversas teorías
relacionadas con la creatividad, se han generado múltiples definiciones,
algunos autores como Penagos (2000) han destacado fundamentalmente su carácter
integrador. Es desde esta búsqueda de integración que se desarrollan los
planteamientos de este trabajo, y particularmente desde lo que se ha denominado
la comprensión holística del conocimiento (Barrera Morales, 2006).
Dado que la creatividad es un proceso
complejo, existen múltiples caminos para llegar a ella. Uno de los caminos para
ser creativo consiste en la capacidad de integrar visiones, percepciones,
comprensiones, experiencias y puntos de vista, para generar algo nuevo. Los
procesos de pensamiento que se orientan hacia tal integración se agrupan bajo
el nombre de pensamiento sintagmático.
En este sentido, el pensamiento sintagmático constituye sólo uno de los caminos
de la creatividad. Ahora bien, para comprender el pensamiento sintagmático, es
necesario comenzar por aclarar qué se entiende por sintagma.
La noción de
sintagma
Un
sintagma es básicamente una comprensión integradora de la realidad.
Etimológicamente la palabra sintagma
proviene del latín synáiresis, que
significa contracción, juntar, coincidir, y del griego tagma, estructura, formación, manera, orden. Es decir, un sintagma
es la conjunción, la coincidencia, la integración de diversos órdenes,
estructuras o formaciones. En este caso, el sintagma puede definirse como una
integración de paradigmas.
El paradigma es una perspectiva
o postura, que puede estar referida a aspectos filosóficos, teóricos,
epistémicos o disciplinares, es decir, un científico puede asumir una
perspectiva teórica, pero también una perspectiva epistémica o una perspectiva
disciplinaria. Las diferentes teorías dentro de una misma disciplina
conceptualizan y explican los eventos desde distintas perspectivas. Pero
también, cada grupo de profesionales interpreta y aborda las situaciones desde
la perspectiva que le aporta su propia disciplina. De alguna manera el
pensamiento paradigmático está basado en lo que De Bono (2000) ha llamado
“pensamiento vertical”. El pensamiento vertical se centra en una cierta
perspectiva y profundiza los contenidos relativos a ella, siempre en la misma
dirección.
Los paradigmas
facilitan la organización de la información en un marco de referencia, pero al
estar centrados en una perspectiva son excluyentes, pues excluyen lo que no
entra dentro de su lógica. Los paradigmas, y en especial aquellos que han
permanecido durante mucho tiempo, mantienen la mente encarrilada (Bohm y
Peat,1998). Walsh y Vaughan (1982)
denominan a esto “fijación paradigmática” y la describen como un estado en el
cual el paradigma llega a ser algo implícito, no reconocido que hace que el
investigador sea incapaz de admitir ninguna otra teoría diferente a la suya
porque le parece obvio que sólo de esa manera pueden ser las cosas.
Los paradigmas no son exclusivos de los
científicos, todas las personas tienen concepciones y modos de pensar acerca de
las cosas. En la medida que estas concepciones se hacen más rígidas, hay menos
lugar para la creatividad. El asunto es que el cambio paradigma se queda corto
para explicar los procesos asociados a la innovación y a la creatividad, pues,
en última instancia esto no es más seguir pensando de manera vertical, pero desde
de otra perspectiva. Se requiere pues acudir a una noción mucho más compleja, y
es aquí donde entra precisamente el sintagma.
Dicho de otra manera, si un paradigma es una
forma de ver las cosas, y las cosas pueden ser observadas desde distintos
puntos de vista y de diversos modos, dependiendo del lugar escogido por el
observador y del observador mismo, entonces un paradigma no necesariamente
descalifica a otro. El sintagma constituye entonces una comprensión más amplia
en la cual puede percibirse el evento como totalidad, en lugar de percibirlo
desde una única perspectiva rígida e incompleta.
Mires (1996) también aporta un concepto
similar al de sintagma y lo describe como un principio de convergencia, según
el cual, de la confrontación de distintas posiciones, a partir de distintos
modos de observar, desde distintos puntos de vista, existe la posibilidad de
acuerdos convergentes. Es decir, puede haber dos o más teorías correctas acerca
de una misma situación, así como para llegar a un mismo punto puede haber
varios caminos diferentes. También es posible que dos teorías se complementen
sin excluirse.
Incluso, Bohm y Peat (1998) sugieren que
para propiciar la creatividad se necesita que cada persona sea capaz de
mantener varios puntos de vista, a manera de suspensión activa, y al mismo
tiempo tratar las ideas de los demás con el mismo cuidado y atención que presta
a las propias ideas; según estos autores, en este punto la mente es capaz de
generar un juego libre sin verse limitada por ataduras rígidas a puntos de
vista concretos; de este diálogo entre paradigmas en libre movimiento surgen
ideas creativas. A este proceso Bohm y Peat le llaman "metáfora creativa",
y se corresponde con la noción de sintagma de comprensión holística.
Pensamiento
sintagmático y creatividad
El pensamiento
sintagmático es la disposición cognitiva de apertura que le permite a la
persona reconocer e integrar diferentes concepciones, diferentes posturas o
perspectivas (ya sean teóricas, epistémicas, disciplinares, metodológicas…)
para lograr una comprensión original, novedosa y compleja de una situación,
concepto o evento.
La creatividad, en el caso de cada
persona en particular, también pudiera seguir procesos sintagmáticos. Aún
cuando en las teorías acerca de la creatividad no se ha hecho explícito el
concepto de sintagma, la noción del pensamiento integrador como parte de la
creación ha estado implícita en los planteamientos de diversos autores.
El pensamiento sintagmático abarca
varios procesos con diferentes grados de complejidad; éstos son: el nivel
perceptual, el hermenéutico, el paradigmático y el sintagmático. A continuación
se describen.
Primer momento: Nivel perceptual
La
creatividad necesita de un insumo que sirva como punto de partida, pero este
insumo no puede ser la manera habitual de ver, o lo que la persona ya conoce
sin haber explorado otras opciones. Se requiere conocer lo que existe para no
reinventar “el agua tibia”. Por eso la creatividad tiene un componente personal
de originalidad, pero también un componente social y colectivo: original no
sólo para el que crea, sino para otros.
En
consecuencia el nivel perceptual del pensamiento sintagmático consiste en hacer
un acercamiento a diversos puntos de vista relacionados con la situación, el
concepto o la temática. Se le llama perceptual, porque los procesos fundamentales
en los cuales se soporta tienen que ver con la atención, la percepción, la
descripción… A este nivel también se le llama “monográfico”, por su condición
eminentemente descriptiva, pues en este nivel todavía no hay ningún aporte
original, pero la persona asume el riesgo de poner entre paréntesis la propia
perspectiva para explorar otras opciones.
La
creatividad trasciende lo paradigmático.
Para ser creativo se requiere diversidad de puntos de vista. En otras
palabras, la creatividad exige autonomía de pensamiento, cambiar de
perspectiva, despegarse de lo habitual y lo conocido. Este despegarse comienza
en la primera etapa del proceso sintagmático. Este primer paso es superar la
rigidez paradigmática y reconocer la existencia de diversos puntos de vista.
Pero no basta con reconocerlos, es preciso tomarlos con seriedad y profundizar
en ellos, detallarlos y captar sus aportes. A
esta condición en la cual la persona se despega de los caminos habituales para
buscar otras maneras de ver es a lo que De Bono (2000) llama pensamiento
lateral. El
término pensamiento lateral (lateral thinking) fue propuesto por
De Bono (op.cit.) para representar todos esos caminos alternativos que las
personas no están acostumbradas a usar. Según De Bono, la mayoría de la gente
tiende a ver sólo una forma de resolver el problema cuando puede haber varios caminos
para resolverlo, los cuales muchas veces no son perceptibles en un primer
momento. El pensamiento lateral tiene como fin la creación de nuevas ideas y la
liberación del efecto restrictivo de las ideas antiguas, por lo tanto
contribuye a que la persona se ubique en perspectivas diferentes a las
habituales.
El
nivel perceptual también está íntimamente relacionado con dos de las cualidades
que Guilford (1968) y Torrance (1962 c.p. Trillo, 2000) han atribuido a la
creatividad: la fluidez y la flexibilidad. La fluidez es la
cantidad de ideas que una persona expresa a través de respuestas interpretables
y significativas, frente a una situación. Se manifiesta como la habilidad para
producir un número considerable de respuestas verbales o gráficas. La flexibilidad es la capacidad para
cambiar pautas de pensamiento, abrirse hacia otras posibilidades, darle otras
aplicaciones a las ideas, y evitar caminos y procedimientos habituales (Trillo
Pérez, 2000). La flexibilidad es la capacidad de acomodarse a condiciones
diferentes, y para utilizar varios enfoques en una misma actividad y
experiencia o adaptarse a realidades diferentes. En este sentido, en la
historia de la ciencia muchos inventores y científicos debieron deponer las
ideas dominantes de la época y buscar nuevas formas de ver los problemas.
Para
el caso de la resolución de problemas, González, Estrada y Martínez (2007) consideran que la flexibilidad se
expresa en el análisis de los diferentes modelos de datos, algoritmos o códigos
utilizados para representar el problema y determinar su solución, así como su
codificación.
Segundo momento: Nivel hermenéutico
A
este nivel se le ha dado el nombre de “hermenéutico”, porque está asociado con
la interpretación. Abarca el análisis del
problema, de la situación o de la temática sobre la cual se trabaja, según sea
el caso. La persona analiza las situaciones y las
perspectivas exploradas en la etapa anterior. Valora su amplitud, su alcance y
la capacidad explicativa de las diversas teorías y conceptos asociados con cada
perspectiva. Además asume una visión
crítica, se centra en los significados y comprende los aportes de cada enfoque
de la situación. Los procesos cognitivos asociados al nivel hermenéutico
son el análisis, la crítica, la interpretación y la valoración. Este nivel le permite a la persona
detectar aportes y restricciones de cada punto de vista, y en cierta manera
reconocer que cada paradigma, de manera aislada, es insuficiente para responder
a la complejidad de las situaciones.
Tercer momento: Nivel
paradigmático
En
el nivel paradigmático es muy importante identificar las diferencias entre los
paradigmas y caracterizarlas con detalle. Cada planteamiento diferente comienza
a aportar información acerca del evento. La identificación de diferencias
permite identificar lo que algunos paradigmas tienen que no tienen otros. Sin
embargo, si la persona se queda en las meras diferencias puede llegar a la
conclusión de que los paradigmas son incompatibles o irreconciliables y que al
aceptar uno de ellos debe necesariamente rechazar los demás. Puede entonces
regresar a una postura inflexible y pierde la posibilidad de ser creativo.
La
comprensión holística enfatiza que, según el principio de complementariedad,
estas divergencias son expresión de los aspectos que un paradigma percibe desde
su perspectiva, pero que el otro no puede captar porque corresponden a otra
perspectiva. En este tercer nivel los
paradigmas se definen con mayor precisión con base en sus semejanzas y
diferencias, para que puedan entonces relacionarse de manera dinámica en el
siguiente nivel. Para avanzar hacia un sintagma creativo, es necesario
establecer relaciones de complementariedad entre las diferencias. A estas
relaciones de complementariedad, que establecen en el siguiente nivel, se les llama
relaciones paradigmáticas (vinculaciones
entre los paradigmas, que permiten que éstos se perciban como aspectos de una
realidad única y compleja).
Cuarto momento: Nivel sintagmático
En el nivel sintagmático se establecen
relaciones entre las diferentes perspectivas a integrar. Si esta etapa no
ocurre, la persona se puede quedar en el eclecticismo: conoce variedad de
puntos de vista, sus ventajas y desventajas, y toma en cada situación diferente
lo que le sirve, pero no se preocupa de la coherencia entre ellos, ni de crear
una comprensión integradora que los contenga; o en caso contrario, regresa a la
visión limitada de alguno de los paradigmas.
El
nivel sintagmático implica un salto hacia una comprensión nunca antes
planteada, en la que se crea algo que contiene a los paradigmas involucrados,
pero éstos e encuentran vinculados en un conjunto de relaciones novedosas que
hacen que emerja una noción más compleja, y diferente a la mera suma de elementos:
el sintagma.
La
creación de un sintagma requiere de la combinación de varias acciones:
- Identificar el
núcleo sintagmático de encuentro entre todos los paradigmas.
- Establecer relaciones
paradigmáticas para descubrir la complementariedad entre ellos.
- Crear el
sintagma como una comprensión diferente e integradora a partir de las dos
acciones anteriores.
a. La identificación del núcleo
sintagmático:
Para crear
un sintagma como integración de varios paradigmas, un paso necesario es
identificar los puntos de encuentro entre ellos. Esos puntos de encuentro
representan los aspectos del evento que todos los paradigmas perciben de la
misma manera. Esto se logra comparando los paradigmas. En otras palabras, las comparaciones
que se hacen en el nivel paradigmático permiten identificar los aspectos
comunes de los diversos paradigmas que intentan dar cuenta de un mismo evento.
Esos aspectos comunes constituyen el núcleo
sintagmático y pasan a ser el centro del proceso de construcción del
sintagma, pero no constituye la totalidad de éste.
Un concepto que en cierta manera recoge lo que se requiere para crear el núcleo sintagmático, es el de pensamiento divergente. Según Cerda (2000) la producción divergente permite lograr asociaciones remotas cuando se relacionan dos conceptos o ideas aparentemente no relacionados. Además involucra las implicaciones semánticas y simbólicas.
Un concepto que en cierta manera recoge lo que se requiere para crear el núcleo sintagmático, es el de pensamiento divergente. Según Cerda (2000) la producción divergente permite lograr asociaciones remotas cuando se relacionan dos conceptos o ideas aparentemente no relacionados. Además involucra las implicaciones semánticas y simbólicas.
b. El establecimiento de
relaciones paradigmáticas
Un
paso crucial para la construcción del sintagma es el reconocimiento de la
complementariedad de los ejes paradigmáticos. Si bien la identificación del
núcleo sintagmático se basa en relaciones de similitud, las relaciones
paradigmáticas implican establecer relaciones de complementariedad. A través de
las relaciones paradigmáticas se establecen vínculos entre los aspectos del
evento en los cuales los paradigmas no concuerdan o, incluso, parecen
contradecirse. Estos aspectos se manifiestan al ubicar las diferencias entre
los paradigmas, durante el proceso de comparación, en el nivel paradigmático. Cada diferencia se ubica en un concepto o
categoría. Algunas diferencias representan opuestos de un continuo en una misma
categoría (por ejemplo participativo-no participativo, interno-externo) y otras
son aspectos distintos pero no excluyentes (por ejemplo lo intelectual, lo
afectivo, lo biofisiológico).
c. La creación del sintagma como
una comprensión integradora
Una
vez que se ha percibido la complementariedad es posible crear el nuevo concepto
o la nueva teoría que constituye el sintagma. La primera aproximación se
expresa de manera esquemática; este esquema por lo general contempla aspectos
adicionales a los enunciados por los paradigmas de los cuales surgió.
Cuando se crea el sintagma, no todos los aspectos de los paradigmas son incluidos en él tal como aparecen originalmente. Por lo general hay que redefinir y reinterpretar algunos de ellos. Esto implica desarrollar de manera explícita los conceptos y las ideas que conforman el sintagma y a veces requiere el desarrollo de terminología nueva. En este paso el investigador desarrolla los conceptos implicados y deriva las consecuencias del sintagma frente al resto de los conocimientos.
Cuando se crea el sintagma, no todos los aspectos de los paradigmas son incluidos en él tal como aparecen originalmente. Por lo general hay que redefinir y reinterpretar algunos de ellos. Esto implica desarrollar de manera explícita los conceptos y las ideas que conforman el sintagma y a veces requiere el desarrollo de terminología nueva. En este paso el investigador desarrolla los conceptos implicados y deriva las consecuencias del sintagma frente al resto de los conocimientos.
El
establecimiento de las relaciones entre los paradigmas implica mucho más que el
pensamiento lógico. Algunas de estas relaciones se establecen mediante procesos
intuitivos en niveles de conciencia más profundos, y muchas veces en períodos
de descanso en los cuales la persona deja de pensar de manera focalizada en la
problemática que desea resolver. Al respecto Ponomariev (c.p. González Suárez,
2002) explica que en el momento de descanso, a nivel del subconsciente se van
produciendo asociaciones libres, basadas en la experiencia de la persona. Estas
asociaciones se agrupan y conforman una solución del problema. En este momento,
la solución comienza a ser percibida como una sensación de bienestar, antes que
como una respuesta cognitiva organizada. Según describe Pomariev, cuando este
proceso ya está culminando, la solución del problema emerge de tal manera que
la persona pudiera sentir que se la han dictado.
Según González, Estrada y Martínez (2007), el proceso creador implica el traslado independiente de los conocimientos a una nueva situación. Mientras más alejado sea el vínculo entre la situación de partida y el conocimiento acumulado por la persona, más carácter creador tendrá el empleo de ese conocimiento. De las cualidades que Guilford (1968) y Torrance (1962 c.p. Trillo, 2000) han atribuido a la creatividad, las que se podrían relacionar con el nivel sintagmático son la elaboración y la originalidad. La elaboración consiste en ampliar y embellecer proyectos con ideas nuevas y detalles. La originalidad se basa en la rareza de la respuesta; representa la habilidad para producir respuestas poco comunes o únicas.
Una didáctica de los sintagmas para ayudar a pensar creativamente
Las técnicas y la didáctica deben fortalecer integralmente la creatividad. Al pretender desarrollar la creatividad es necesario considerar que ésta, no es un elemento aislado, sino que los hábitos, las creencias, las destrezas y el entorno social, entre muchas cosas, intervienen en ella. Cada tarea dirigida hacia el desarrollo de la creatividad debe ser estar dirigida a propiciar puntualmente a un hábito, alguna habilidad, alguna forma de hacer las cosas, alguna forma de concluir las cosas (Penagos, 2000).
En el ámbito educativo, todo docente, independientemente de la temática y del nivel de estudio, está en posibilidad de propiciar los procesos cognitivos asociados al pensamiento sintagmático, como una forma de potenciar la creatividad. Algunas sugerencias para propiciar la generación de ideas nuevas a partir de los procesos sintagmáticos son las siguientes:
- Fomentar la curiosidad y la formulación de preguntas.
- Presentar siempre diversidad de conceptos y perspectivas.
- Propiciar el cambio de perspectiva frente a los contenidos y a las situaciones.
- Animar el análisis de los conceptos y la expresión abierta de opiniones.
- Ejercitar procesos cognitivos asociados con identificación de diferencias y semejanzas
- Promover el uso de analogías: similitud entre aspectos aparentemente muy distintos.
- Tratar la complejidad con naturalidad y sin crear falsos temores.
- Potenciar la imaginación.
- Trascender el espacio tiempo: el pensamiento sintagmático no se reduce al espacio de clase.
La creatividad y el pensamiento creativo, requieren trabajo permanente y un cierto estado mental caracterizado por una actitud de apertura y entusiasmo (Trillo Pérez, 2000). Para concluir, es necesario destacar la importancia de la creatividad en todos los ámbitos de la vida humana. En este sentido, Bohm y Peat (1998) afirman que en todos los aspectos de la vida debería haber una creatividad omnipresente, y para lograrlo es preciso cuestionar seriamente la idea de que la creatividad sólo se necesita de vez en cuando, y únicamente en áreas determinadas como el arte o la ciencia. Por ello nunca están demás las herramientas y los aportes que contribuyen a que la educación sea cada día más creativa, integradora y transdisciplinaria.
Según González, Estrada y Martínez (2007), el proceso creador implica el traslado independiente de los conocimientos a una nueva situación. Mientras más alejado sea el vínculo entre la situación de partida y el conocimiento acumulado por la persona, más carácter creador tendrá el empleo de ese conocimiento. De las cualidades que Guilford (1968) y Torrance (1962 c.p. Trillo, 2000) han atribuido a la creatividad, las que se podrían relacionar con el nivel sintagmático son la elaboración y la originalidad. La elaboración consiste en ampliar y embellecer proyectos con ideas nuevas y detalles. La originalidad se basa en la rareza de la respuesta; representa la habilidad para producir respuestas poco comunes o únicas.
Una didáctica de los sintagmas para ayudar a pensar creativamente
Las técnicas y la didáctica deben fortalecer integralmente la creatividad. Al pretender desarrollar la creatividad es necesario considerar que ésta, no es un elemento aislado, sino que los hábitos, las creencias, las destrezas y el entorno social, entre muchas cosas, intervienen en ella. Cada tarea dirigida hacia el desarrollo de la creatividad debe ser estar dirigida a propiciar puntualmente a un hábito, alguna habilidad, alguna forma de hacer las cosas, alguna forma de concluir las cosas (Penagos, 2000).
En el ámbito educativo, todo docente, independientemente de la temática y del nivel de estudio, está en posibilidad de propiciar los procesos cognitivos asociados al pensamiento sintagmático, como una forma de potenciar la creatividad. Algunas sugerencias para propiciar la generación de ideas nuevas a partir de los procesos sintagmáticos son las siguientes:
- Fomentar la curiosidad y la formulación de preguntas.
- Presentar siempre diversidad de conceptos y perspectivas.
- Propiciar el cambio de perspectiva frente a los contenidos y a las situaciones.
- Animar el análisis de los conceptos y la expresión abierta de opiniones.
- Ejercitar procesos cognitivos asociados con identificación de diferencias y semejanzas
- Promover el uso de analogías: similitud entre aspectos aparentemente muy distintos.
- Tratar la complejidad con naturalidad y sin crear falsos temores.
- Potenciar la imaginación.
- Trascender el espacio tiempo: el pensamiento sintagmático no se reduce al espacio de clase.
La creatividad y el pensamiento creativo, requieren trabajo permanente y un cierto estado mental caracterizado por una actitud de apertura y entusiasmo (Trillo Pérez, 2000). Para concluir, es necesario destacar la importancia de la creatividad en todos los ámbitos de la vida humana. En este sentido, Bohm y Peat (1998) afirman que en todos los aspectos de la vida debería haber una creatividad omnipresente, y para lograrlo es preciso cuestionar seriamente la idea de que la creatividad sólo se necesita de vez en cuando, y únicamente en áreas determinadas como el arte o la ciencia. Por ello nunca están demás las herramientas y los aportes que contribuyen a que la educación sea cada día más creativa, integradora y transdisciplinaria.
Referencias
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